HISTORIA DEL EJERCITO NACIONAL

Fundación del Ejército

El Ejército Nacional tiene su origen el 23 de julio de 1810 a partir del Batallón de Voluntarios de la Guardia Nacional, organismo castrense destinado a la defensa de los intereses republicanos bajo los cuales fue edificado el estado. El 28 de marzo de 1811 el Ejército de la República tuvo su bautizo de fuego en la Batalla del Bajo Palace, que liberó a la a la ciudad de Popayán de la autoridad monárquica. Entre los años 1812 y 1813 se presentó la división dentro del republicanismo granadino por la manera de gobernar el territorio, lo cual desembocó en la creación de dos estados: Las Provincias Unidas de la Nueva Granada de sistema federal y el Estado Libre de Cundinamarca de sistema central, que entraron en guerra, que se saldó con el reconocimiento del estado de Cundinamarca por parte de las Provincias Unidas luego de la derrota en la Batalla de San Victorino el 9 de enero de 1813.

A partir de este momento ambos estados procuraron la independencia de las provincias que aún se encontraban bajo el gobierno monárquico, es así como se realizan dos campañas militares paralelas.

Por parte de las Provincias Unidas se realiza la Campaña Admirable que liberó el norte del territorio nacional y emprendió acciones militares en Venezuela, que no lograron los objetivos deseados con la derrota en la Batalla de San Mateo el 25 de marzo de 1814.

Por parte del Estado Libre de Cundinamarca se realizó la Campaña militar del Sur que logró liberar las provincias del sur hasta llegar a la ciudad de San Juan de Pasto, dónde el 10 de mayo de 1814, tras la batalla de los Ejidos de Pasto, encontró su frustración tras la captura del General Antonio Nariño por parte de los realistas. El 12 de diciembre de 1814 el Ejército de las Provincias Unidas de la Nueva Granada proveniente de Venezuela bajo el mando de General Simón Bolívar sometió al Estado Libre de Cundinamarca, anexándolo a la Unión.

En agosto de 1815, tras el arribo de las tropas monárquicas a Cartagena al mando del Capitán General Pablo Morillo proveniente de España, estímulo a las facciones realistas existentes en Pasto y Venezuela para que iniciaran acciones militares en contra de las Provincias Unidas de la Nueva Granada.

El 22 de febrero de 1816, las tropas realistas provenientes de Venezuela derrotaron al Ejército granadino en la Batalla de Cachirí en la provincia del Socorro (Santander) logrando la reconquista del nororiente y centro del territorio, las tropas granadinas sobrevivientes se refugiaron en la provincia de Casanare al mando del entonces Coronel Francisco de Paula Santander.

El 29 de junio de 1816, las tropas monárquicas provenientes de la provincia de Pasto derrotaron al Ejército Patriota en la Batalla de la Cuchilla del Tambo en cercanía de Popayán, consiguiendo la anexión al régimen monárquico de las provincias granadinas del suroccidente y el noroccidente, los restos del ejército granadino se refugiaron en Casanare dónde se reencontraron con las tropas del comandadas por el Coronel Santander.

A partir de este momento la causa republicana se limitó a la provincia de Casanare, la cual se convirtió en el cuartel general del Ejército desde 1817 hasta 1819.

El 15 de febrero de 1819, se realizó el Congreso de Angostura en Venezuela, el cual ratificó la anexión de las tropas de las Provincias Unidas al proyecto panhispánico del Estado Republicano de Colombia (Tierra de Colón), promovido por el General Venezolano Simón Bolívar, cuyo objetivo era liberar a Sudamérica del régimen español y la construcción de un estado libre y democrático.

El 12 de junio de 1819, el General Simón Bolívar arribó a Arauca con un Ejército conformado por llaneros venezolanos y legionarios británicos, que se fusionó con el Ejército granadino del Casanare, emprendiendo la Campaña Libertadora de la Nueva Granada, que consiguió su objetivo principal de capturar la capital del virreinato al derrotar a la Tercera División del Ejército Realista tras las batallas del Pantano de Vargas el 25 de Julio de 1819 y del Puente de Boyacá el 7 de Agosto de 1819, consolidando el poder central del republicanismo, que posteriormente liberaría a la provincias de Antioquía el 12 de febrero de 1820 tras la Batalla de Chorros Blancos y a la provincia de Santa Marta el 10 de noviembre de 1820, tras la Batalla de Ciénaga, consolidando el norte y centro de la Nueva Granada.

Uniforme del soldado durante la campaña libertadora


Uniforme de Infantería del Batallón de Cartagena, 1819

Consolidación independencias Internacionales

A partir de este momento el Ejército cumplió un rol internacional logrando que en otros lugares de Sudamérica se consolidaran los ideales republicanos, empezando por Venezuela el 24 de junio de 1821, donde se logró su independencia tras la Batalla de Carabobo, lo cual permitió que ese territorio se fusionará oficialmente el 30 de Agosto de 1821 con la Nueva Granada, bajo la Constitución de Cúcuta dando inicio formal a la República de Colombia.

El 7 de abril de 1822, se consiguió obtener el control militar de la ruta que conducía hacia el Ecuador, tras la Batalla de Bomboná y el 24 de mayo de ese mismo año, se logró la liberación y anexión de la provincia de Quito a la Republica de Colombia, luego de la Batalla de Pichincha.

Tras la consolidación republicana del norte de Sudamérica, se realizó el pacto militar entre el General Simón Bolívar y el General Argentino José de San Martín, de derrocar el poder realista en el Virreinato del Perú, que desemboca en la campaña militar de liberación del Perú, que luego de las Batallas de Junín el 6 de agosto de 1824 y de Ayacucho el 9 de diciembre de 1824 que otorgaron la independencia a las nacientes Repúblicas Bolivia y el Perú.

Soldados de la Gran Colombia durante la Batalla de Carabobo en 1821

Consolidación del Ejército siglo XIX

El 7 de mayo de 1831, tras la Guerra Civil de 1828 a 1830 que desembocó en la disolución del proyecto bolivariano de Colombia, tras la separación de los estados de Venezuela y Ecuador, la nación volvió a tomar nuevamente el nombre de Nueva Granada, siendo gobernada por el General Santander que estableció una Fuerza Armada netamente granadina para la defensa de la independencia y la libertad del estado, compuesta por el Ejército y la Armada referida en el Titulo IX de la Constitución de 1832.

Las diferencias políticas entre los partidos: centralista y federalista desembocó, en el alzamiento en armas de estos últimos tras la elección presidencial del centralista José Ignacio de Márquez que condujo a la Guerra Civil de 1839 a 1841, la cual se saldó con un triunfo del Ejército de la Republica a sobre los rebeldes.

En 1848, tras la revolución liberal en Europa, el país entró en la dicotomía entre conservadores y liberales, dónde el estado ingresó en una serie de guerras civiles por cuestiones ideológicas, que se acrecentaron luego de la hegemonía liberal tras la victoria de los liberales radicales en la guerra civil de 1861, con la cual se retomó nuevamente el nombre de Colombia pero esta vez bajo un sistema federalista que sustituyó el Ejército Nacional por una Guardia Colombiana en el artículo 26 de las constitución de 1863, la cual tenía como función mantener la integridad del régimen federal.

Durante este periodo a los estados soberanos se les facultó para tener milicias, lo cual generó reyertas interestatales. En 1886 con la ascensión de Rafael Núñez y los conservadores al poder, se promulgó una constitución de carácter nacionalista y centralista que instauró de nuevo un Ejército Nacional para la defensa de la soberanía de la República de Colombia. El inconformismo hacia esta constitución por parte de los liberales radicales generó su alzamiento en armas y rebeldía en 1899, lo cual dio inicio a la Guerra Civil de 1899 a 1902 conocida como la Guerra de los Mil Días, que tuvo como saldo, el triunfo del gobierno constitucional sobre los rebeldes radicales. Durante la segunda mitad del siglo XIX se dio una limitada evolución industrial y doctrinal del Ejército, que se apoyó conceptualmente en los postulados militares franceses imperantes en la época.

Grupo de militares junto a una Ametralladora Gatling,1894.


Tropas del Ejército Nacional durante un banquete en la Guerra de los Mil Días, 1899.


Campesinos reclutados en por el Ejército Nacional a finales del Siglo XIX, usando uniformes franceses

Profesionalización

Al término de la Guerra de los Mil Días se hizo imperante la transformación organizacional y doctrinal del Ejército bajo los preceptos ideológicos prusianos de un cuerpo castrense apartidista y no deliberante, para evitar que las fuerzas del Estado se vieran inmiscuidas en ideologías políticas. Esta etapa de consolidación institucional trajo consigo una serie de misiones doctrinales de corte prusiano que iniciaron con la misión chilena de 1907, que fundó la Escuela Militar de Cadetes el 1 de junio de ese año.

Posteriormente se realizaron dos misiones chilenas más, que modificaron la instrucción y la formación del cuerpo de oficiales y suboficiales del Ejército.

Para la formación de estos últimos se fundó el 11 de noviembre de 1914, la Escuela Militar de Suboficiales. Luego de la Primera Guerra Mundial (1914- 1918), y de que el mundo comprendiera la importancia del dominio aéreo el gobierno nacional en cabeza del presidente Marco Fidel Suarez, dio apertura el 31 de diciembre de 1919, a la activación de la Aviación Militar dentro del seno del Ejército Nacional, consolidándose como la quinta arma del Ejército.

Durante la década de 1920, el gobierno nacional, trajo a Colombia una misión suiza que duró desde el año de 1924 a 1928, cuya misión fue la de restructurar la organización de la institución y la de formar e instruir a los militares colombianos en el arte militar en Montaña y no perder el horizonte prusiano que se con el que se venía formando e instruyendo desde 1907.

Entre 1929 y 1934 el país contrató una misión alemana al mando del Teniente Coronel Hans Schueler para fortalecer la instrucción militar de los oficiales colombianos.

Uniforme Antiguo Ejército Nacional en el Siglo XX.


Cadetes colombianos, durante la misión militar chilena en 1910, usando el casco prusiano Pickelhaube.


Grupo de oficiales del Ejército con uniforme de gala en Medellín, 1910.

Conflicto amazónico

El 1 de septiembre de 1932 un grupo de peruanos invadió el trapecio amazónico tomando posesión de la población de Leticia dando inició al conflicto colombo-peruano, la situación fronteriza con la República del Perú era un litigio diplomático que venía desde finales del siglo XIX, cuando las casas de contratación peruanas dedicadas a la extracción del caucho y la quina empezaron a transgredir las fronteras pocos custodiadas del país. El punto de inflexión se dio cuando 48 ciudadanos armados de Perú alegando la pertenencia de tierras en la frontera con Colombia, capturan la población de Leticia derrocando a las autoridades colombianas. Esta acción desembocó en una declaración de guerra entre los dos países que para la época contaban con una escasa tecnificación militar, dado los antecedentes militares de ambos países, que venían de una guerra civil.

El escenario militar del conflicto fue la selva del Amazonas, razón por la cual no hubo un desplazamiento efectivo de tropas de infantería a una región inhóspita para la época. Durante este conflicto se presentaron dos combates de relevancia, el de Tarapacá el 14 de febrero de 1933 y el de Güepí el 26 de marzo de 1933, los cuales no incidieron estratégicamente la guerra. El 30 de abril de 1933, el presidente Peruano de la época el general Luis Miguel Sánchez Cerro es asesinado en la ciudad de Lima, cuando alentaba a los soldados que iba a destinar a la frontera con Colombia para hacer frente a la guerra, situación que provocó una crisis interna en el Perú. Debido a los problemas internos y a la amistad existente entre la nueva administración del Perú y el gobierno colombiano, el litigio se resolvió por vía diplomática a través del Protocolo de Río de Janeiro el 25 junio de 1933, reafirmando la vigencia del tratado limítrofe Salomón-Lozano.

Las consecuencias de la guerra con el Perú, para el Ejército radicaron en tres aspectos,

el primero fue el despliegue de unidades militares a nivel nacional a sitios apartados.

el segundo fue la importancia de tener escuelas de capacitación de las armas, para hacer efectivas las capacidades de cada especialidad militar. Estas escuelas se activaron a lo largo de la década de 1930, empezando por la Escuela de Infantería el 25 de abril de 1934.

y el tercero fue una tecnificación acelerada de poderes militares, hasta ese entonces poco desarrollados como lo fue el aéreo y el fluvial, que a la postre terminaron con la creación de Fuerzas independientes al Ejército destinadas a solventar cada dominio caso de la Armada Nacional y la Fuerza Área Colombiana activadas en la década de 1940.

Soldados durante la Guerra colombo-peruana.


El Ejército Colombiano durante la guerra colombo-peruana de 1932.


Cuerpo de Cadetes de la Escuela Militar Nacional en Bogotá, 1893.

Guerra de Corea

Con el desencadenamiento del primer conflicto armado en el contexto de la Guerra Fría, la guerra de Corea (1950-1953) el mandatario de entonces Laureano Gómez, anunció su apoyo a la colación multinacional conformada por la ONU, siendo el único país de América Latina en anunciar su cooperación, luego de la invasión comunista en la península coreana.

Conforme a estas disposiciones, el Ejército Nacional, anunció su participación con un Batallón de Infantería y tres fragatas para contener a las fuerzas invasoras de Corea del Norte, y participando activamente a partir del año de 1951 hasta 1953, cuando se firmó el armisticio y el fin de las hostilidades. En esta confrontación participaron alrededor de 4500 hombres pertenecientes al Ejército Nacional, muchos de los cuales ofrendaron su vida por la defensa de los ideales democráticos y de los valores del mundo occidental, los mismos que en ese momento se encontraron amenazados por el avance del comunismo internacional.

Lo más destacable de la participación del Ejército colombiano a lo largo de la guerra de Corea, marcó el inicio de una etapa de renovación del pensamiento militar y más importante aún, la alineación estratégica a nivel doctrinal con el modelo norteamericano. De igual manera, como reafirman autores como Álvaro Valencia, es de destacar la participación de Colombia en la guerra de Corea, dado que representó una valiosa experiencia en guerra regular y en una renovación tecnológica que marcó un punto de inflexión en la historia de la institución castrense en su devenir histórico.

Soldados del Batallón Colombia, enviado a la Guerra de Corea entre 1951-1953.


Condecoran soldado colombiano en la guerra de Corea.


Soldados del Batallón Colombia en el asalto a Chamizo -Corea

Guerra contrainsurgente en Colombia

La participación en la Guerra de Corea (1951-1953) dio paso a otra etapa del Ejército Colombiano, enmarcado en la guerra irregular y la doctrina americana, en un primer momento en contra de los bandoleros y en un segundo momento contra las guerrillas comunistas promovidas por la influencia de ideologías foráneas y el marxismo internacional, cuyo impacto fue decisivo para el desarrollo de la Revolución cubana (1953-1959). A partir de este momento, en el continente americano se presentó una oleada de revoluciones que desencadenaron la inestabilidad política de la región y el derrocamiento de múltiples gobiernos democráticos.

En Colombia, el coletazo de la Revolución cubana se sintió en todos los ámbitos y sectores sociales. Su influencia llegó hasta los grupos armados y las guerrillas liberales, cobijadas bajo el experimento de las denominadas repúblicas independientes en departamentos como Cundinamarca, Tolima, Meta y el Huila.

La existencia de estas repúblicas, representó una afrenta en contra de la institucionalidad e integridad nacional, vulnerada por la existencia de estos grupos armados que asumían para si el monopolio de la violencia en estas regiones. Más perjudicial aun resultaba la existencia de unos grupos armados de influencia comunista en Marquetalia, el Pato y el Guayabero principalmente, bajo la excusa de autodefensas campesinas, orientados por el partido Comunista Colombiano y apelando al abandono estatal, a la pobreza del campo y a la desigualdad social, además de la exclusión del sistema político a raíz del Frente Nacional, para justiciar el levantamiento armado.

A partir de este momento, el Estado colombiano respondió por los medios constitucionales a la influencia desestabilizadora de estos grupos armados encabezados por bandoleros de la talla de Pedro Antonio Nariño conocido con el alias de “Tirofijo”, quien inicialmente mostró su afecto por el liberalismo, optó años más adelante adoptar una orientación comunista.

Las Fuerzas Militares fueron orientadas a contener el fenómeno de la violencia y a la proliferación de las repúblicas independientes, procediendo a restablecer la soberanía y el orden en territorio nacional, vulnerado por la existencia y control armado de estos grupos que actuaban bajo la modalidad de guerrillas.

A partir de esto, en el año de 1964 surgió bajo el mando de alias Tiro fijo y la orientación del ideólogo Jacobo Arenas, la agrupación subversiva conocida con el nombre de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), una guerrilla de naturaleza campesina, dando inicio al Conflicto armado interno en Colombia, el cual se extendería por varias décadas.

Más adelante, surgirían otros movimientos como en ELN (Ejército de Liberación Nacional), en 1964, una guerrilla que combinaba las connotaciones sindicales, estudiantiles y teológicas con la inclusión al movimiento del sacerdote Camilo Torres en el años de 1965 y la teología de la liberación. Posteriormente entrarían a escena otros grupos armados como el EPL (Ejército Popular de Liberación) en el año de 1967 y el M19 (Movimiento 19 de Abril) resultante de las guerrillas urbanas promovidas a nivel internacional por la influencia de Mayo del 68.

A la existencia de estos grupos armados ilegales, el Ejército fue direccionado a la lucha contrainsurgente bajo el modelo de guerra irregular bajo los designios constitucionales de defender la democracia y al pueblo colombiano, combatiendo en vastos escenarios a estos grupos armados, pero sin contar con el respaldo de la clase dirigente, quiénes no accedieron a responder al fenómeno de las guerrillas de manera integral, la cual constituye la combinación de las operaciones militares con la acción integral, además de la integración de la respuesta estatal para dotar a las regiones bajo la influencia de los grupos armados, con los elementos necesarios para la subsistencia, tales como vivienda, servicios de salud, educación y acceso a oportunidades de trabajo para solventar la ausencia estatal en las regiones marginadas.

Lucha contra el Narcotráfico y Terrorismo

A finales de la década 1970, apareció en Colombia el fenómeno del narcotráfico, la demanda en países desarrollados de estupefacientes que se producían con materias primas generadas en el país, hizo que aparecieran industrias del crimen organizado en Colombia, denominadas con el nombre de “Carteles”, que corrompieron a diferentes sectores de la sociedad colombiana entre las décadas de 1970, 1980 y 1990 siendo este el principal problema social del país en esta temporalidad.

El Ejército Nacional desde 1964 venía contrarrestando efectivamente a los grupos armados ilegales que fueron resultado de las revoluciones armadas promovidas en el mundo por la Internacional Comunista, que cobraron la vida de cientos de hogares colombianos en la denominada “lucha de clases”, pero con la llegada del narcotráfico y el fracaso del socialismo como una opción política y económica en el mundo esta lógica cambio, los grupos armados ilegales se nutrieron de grandes de cantidades de dinero generadas por el narcotráfico, que les permitió la adquisición de armas de última generación y la obtención de recursos para el sostenimiento y logística de una infraestructura bélica que se desplegó a nivel nacional, lo cual desembocó en el aumento desproporcionado de la violencia en el país, por entidades armadas que se disputaban el negocio del narcotráfico tras la caída de los carteles de la droga.

La población civil fue la más afectada por esta nueva lógica de la violencia, los grupos armados ilegales se valieron del terrorismo para amedrentar a las personas, causando atentados con artefactos explosivos en cascos urbanos, realizando genocidios en poblaciones rurales y recurriendo a prácticas de lesa humanidad como la extorsión y el secuestro.

Por otro lado, la fuerza pública se tuvo que replantear en 1998 los reveses militares de mediados y finales de la década de 1990, obligó al estado colombiano a reestructurar el sector defensa, es así como el Ejército Nacional cambia su organización, activa nuevas unidades y aumenta su capacidad de lucha, logrando resultados tangibles como los conseguidos en las operaciones militares TH (2002), Libertad I (2003) JM (2004), Aromo (2007). Zorro (2007), Fénix (2008), Jaque (2008), Sodoma (2010), Camaleón (2010), Odiseo (2011), que redujeron a nivel nacional el accionar narcoterrorista de los grupos alzados en armas.

En 2011 el Ejército Nacional luego de haber conseguido los objetivos estratégicos frente al narcoterrorismo planteo sus objetivos estratégicos al futuro, mediante los comités de revisión estratégica e innovación que dieron el estado y las proyecciones de las distintas dependencias que componen el Ejército Nacional, siendo el año 2016 el punto de partida de la nueva etapa del Ejército Nacional aquella resultante de la victoria Militar frente al narcoterrorismo.

Soldado del Ejercito Nacional en 1971.


Paracaidistas colombianos durante el ejercicio conjunto de contrainsurgencia, 1985.


Fuerzas Especiales del Ejército Nacional.


Fuerzas Especiales del Ejército Nacional contra el narcotráfico.


Wikipedia. (s.f.). Ejército Nacional de Colombia. Wikipedia, la enciclopedia libre. Recuperado el 4 de octubre de 2024, de https://es.wikipedia.org/wiki/Ej%C3%A9rcito_Nacional_de_Colombia
Ejército Nacional de Colombia. (s.f.). Reseña histórica del Ejército. https://www.coper.mil.co/enio/recurso_user/doc_contenido_pagina_web/800130633_4/600911/resena_historica_del_ejercito__10_.pdf